-¡No te rias! ¡Te juro por mi vida que es verdad!
-Haber Noa, ¿tu eres tonta? ¿Te crees que me voy a creer esa tontería de que Liam Payne, el cantante más perfecto del mundo, va a pasar todo el verano contigo?-tengo que separar un poco el movil del oído, nunca la había oído gritar tanto.
-¡Coño Vannia, que te den por el culo!
-Uy, uy, cuidado, que la mentirosilla se nos pica.
No la soporto. Aunque bueno sabía que no me iba a creer. ¿Que persona normal lo haría?
-Te demostraré que es verdad.
Cuelgo, no quiero quedarme del todo sorda con esa risa molesta. Ya la llamaré mañana con las pruebas. Es normal, yo también me reiría pero...
¿Y si le llamo a mi novio? Mejor no, total, el tampoco que creerá.
-¿Noa? ¿Estas dormida?
Abro un poco los ojos. ¿Donde estoy? ¿Esa voz? ¿Esos ojos? ¡¿Esa sonrisa?!
Me levanto de la cama de un salto.
-¿Te has dormido?
No, estaba en coma y me has salvado, gracias. Quiero decírselo pero mejor no, la última vez se lo hice a Vannia y se enfadó así que...
-Lo siento...-intento poner cara de niña buena pero la verdad es que lo único que he hecho ha sido ponerme roja como un tomate.
-¿Por que lo sientes? Venga vamos, esta la cena hecha.
De nuevo el pasillo, su culo... mierda Noa, déjalo. Encima estas saliendo con Brandon, ¿que pensará?
Entramos en la cocina. No tiene nada especial, como el resto de la casa en excepción al dueño claro esta.
-¿Donde me siento?
La mesa esta en la cocina. No hay ni comedor ni nada, este chico no se complica.
-Donde quieras.
Me giro hacía la mesa. Es pequeña, cuadrada y con dos sillas. Decido sentarme de espaldas a la puerta.
-¿Te gusta la pizza?-se sienta.
Estoy bastante nerviosa y la razón es bastante obvia pero no sé, es como si esto fuera una cena romántica.
-Sí, me gusta mucho -me tiembla la voz.
Me gusta sobretodo porque no hace falta usar cubiertos, no lo soportaría. Ya tiene bastante con saber que me tiembla la voz, no quiero que sepa que también lo hacen mis manos.
Parece que nadie quiere hablar, ya nos hemos comido media pizza y no hemos hablado de absolutamente nada y no es desde luego por que no halla nada de lo que hablar... Le quiero preguntar tantas cosas...
Acaban de tocar el timbre. ¿A estas horas?
-Lo siento, ahora vengo -se disculpa y se va a abrir la puerta.
Oigo como abre la puerta; me muero por saber quien es. Puede que sea Danielle, es su novia así que es muy probable.
De repente una pequeña e estúpida esperanza. ¿Y si son los otros cuatro chicos? Acabo de oír una conversación entre voces masculinas. El corazón me va a mil; puede que no lo sean pero, ¿y si lo son?
Ahora en vez de voces se ollen pasos, y se dirigen a la cocina. Mi corazón ha empezado a latir de un modo muy violento.
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