Me lo regaló mi padre cuando tenía 12 años. Al principio no entendía por que lo hizo, él siempre decía que no iban a entrar animales a casa después del accidente del hamster. Este también me lo regaló él pero murió al de un mes ya que no lo cuidaba. Es verdad que amo a los animales pero no sabía que tenía que darle de comer y beber casi a diario. ¿Con 4 años quien sabe eso? Bueno supongo que todo el mundo pero ese no es el tema...
Total, que me regaló el gato. Nunca olvidaré ese día... Cuando me lo regaló me dijo: "Cuídalo muy bien, si lo haces, puede que yo este aún más tiempo cerca de ti físicamente y no solo en el corazón." Yo estaba tan contenta que no le hice ni caso mientras me hablaba, simplemente estaba jugando en el suelo con el pequeño Dusty. De repente, una lagrima en la alfombra. Miré hacia arriba y me encontré a mi padre con los ojos llorosos. No comprendía nada y simplemente lo abracé, nunca había visto a mi padre así, yo siempre había admirado su forma de afrontarlo todo, sin lágrimas, era muy fuerte en ese aspecto. Al día siguiente la noticia me destrozó, mi padre había muerto de cancer.
Mierda, mierda, mierda¡ ¡Ya estoy llorando! Cada vez que recuerdo lo que pasó me pongo así, no tengo remedio. Además he estado tanto tiempo en la cama pensando en ello que perderé el avión. ¡Joder!
-¡Noah, rápido, a desayunar!
Mi madre creo que también se ha dado cuenta de que llegamos tarde... Cojo rápidamente la ropa que dejé el día anterior preparada y me visto. Unos vaqueros normales y corrientes y un jersey verde de lana. No es que valla muy guapa pero ese jersey siempre me ha traído muy buena suerte; me lo pongo en todos los viajes.
Bajo rápidamente las escalerasy entro en la cocina.
-Buenos días...
-¿Hija pero que cara es esa?-oh, oh.. creo que se ha dado cuenta de que he llorado...-¡Menudas ojeras!-menos mal, no se a enterado.
-¿Que quieres mama? ¡No he podido dormir! ¡Me avisaste ayer de que tenía que ir a visitar a una hermana que ni siquiera sabía que existía!
-Tranquila cariño, que no es para tanto...-me contesta intentado tranquilizar el ambiente.
-!¿Que no es para que?! ¡Por lo menos necesitaba un año para mentalizarme de que cuando vivías en Londres tuviste un hijo y que lo dejaste con el padre abandonándo ahí a los dos!-por la cara que pone mi madre parece que le haya dolido pero me da igual, estoy muy enfadada con ella-¿Encima me dices que su padre a muerto y que quieres que vaya para ver como esta? ¡¿Por que no vas tú?! ¡Es tu hijo, no el mío! ¡A mi no me mando una carta para que fuera a visitarlo! ¡Eres una cobarde!
-¡Las cosas no son así hija! ¡No lo entiendes!-esta llorando. No quería llegar a tanto...
-Mira mama... Vale, iré a verlo este verano pero tienes que jurarme que el año que viene o en navidades iras a visitarlo tú, no yo. ¿Vale?
-Lo juro.
En fin... Supongo que como una buena hija tendría que abrazarla y decirle que no pasa nada, que todo ira bien y que nada de esto es culpa suya pero no lo hago. Simplemente me voy de la cocina, no quiero arrastrarme tanto y mentir. Yo ya hago bastante hiendo todo el verano a casa de un joven de 18 años solo y abandonado...
Subo de nuevo las escaleras y cojo la maleta que dejé el día anterior hecha. Bajo y me encuentro a mi madre con un bollo de chocolate en la mano. No me dice nada, solamente estira la mano haciéndome un gesto para comérmela. No quiero hacerlo pero las tripas me lo piden así que lo cojo de un tirón, abro la puerta de la entrada y me dispongo a montarme en el coche para irme al aeropuerto.
Este va a ser un verano muy largo. Además, no sé ni como se llama el chico. Uf... mi madre no tiene remedio.
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